No era un ángel por que si. Lo era, nada más que decir.
Nadie más parecía poder verlo, y ella sólo me miraba a mi, volaba conmigo a mi altura y sus cabriolas me hacían enverdecer de envidia por no poseer yo una fuerza así.
Me cantaba una y otra vez.
" Coge mi espíritu y hazlo volar, sólo tú lo puedes lograr. Hazlo girar a ras de viento, hazlo vibrar y sentir el momento.
Hazme que toque la luna para luego caer en picado, hazla brilla hasta rozar el pecado.
Pero te quiero despierta, te quiero aquí, y quiero que duermas junto a mi.
Podemos rozar el cielo de forma inmortal y morir como los ángeles sobre nuestro mar.
Pero te quiero despierta..."
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