¿Dónde estoy? ¿Dónde estás? Soy dos personas que ya no
merecen más que el llorar. Soy la muerte de la sangre, el funeral de toda
emoción. Párpados lánguidos, casi cerrados, que nunca desearon más que ese
temblor.
No soy más que la sombra de la sombra de lo que fui. No soy
más que un suspiro de lo que fue. ¿Dónde quedó la magia? ¿Dónde quedé yo?
No recuerdo mi nombre, el ruido lo borró. Desesperación,
llanto, la convivencia nos mató.
Asesina de risas, asesina de inspiración, asesina de vidas,
eres muerte y perdición.
Soy óxido en tus viejas manos, precioso furor, báñame en tu
líquido de oro, guárdame una décima de
tu sabor.
En mis labios, desazón, mordidos hasta la herida, ruin
recuerdo de expiración, redímeme vida,
que de quimeras, muero yo.
¿Dónde estoy? ¿Dónde estás? El silencio te conserva, en el
ruido me hallo yo. Máquina latiente, desesperación incipiente, locura sin
remisión. Sálvame, elévame contigo a dónde ni los dioses conocen lugar.
Socórreme, ayúdame, que, sola, me hundo en su mar. Exasperación, despecho, ira
y dolor, muerte a cada uno de mis hijos, que nonatos desaparecieron sin amor.